El amor por la gastronomía siempre estuvo presente en su vida, en la primera etapa profesional se dedicó al estudio de la Mercadotecnia, a lo largo de su carrera colaboró con distintas marcas de productos de consumo.

Durante 10 años estuvo viviendo en España, tiempo en el que el auge de la gastronomía se vivía en cada restaurante. Motivada por esto, decidió tomar cursos de cocina. Sus amigos y familiares siempre le pedían que les cocinara para sus eventos, ya que era famosa por su talento natural con los ingredientes y los deliciosos platillos que preparaba. 

Así fue como un día empezaron las cenas los viernes por la noche en su casa, en donde ella invitaba a sus amigos a preparar la cena, reunidos alrededor de la cocina acompañados de vino y plática, formato que se fue replicando en distintas cocinas de forma regular. Transformándose a lo que hoy son las Cooking Parties de Sobremesa. 

Al volver a México, durante el tiempo que trabajó en Casa Virginia conoció a Mica, socia co-fundadora de Sobremesa. Con ideas similares, formaron lo que hoy es Sobremesa. Compartir la mesa y la comida en un espacio familiar, una forma única de expresar el amor con los demás. 

Sobremesa es eso, cocinar en espacios cómodos que te hacen sentir como si cocinaras en casa, preparar algo que te va a salir, lo que puedes replicar y lo que puedes compartir. 

Su cocina está pensada siempre para compartir, porciones grandes al centro de la mesa totalmente family-style. Ama cuidarse, le gusta hacer ejercicio, meditar y disfrutar la naturaleza, elementos que conjuga y trae a sus platillos e ingredientes. 

Influenciada por su tiempo en España y sus raíces mexicanas, crea una fusión de sabores que te permite transportarte y viajar sin levantarte de la mesa. 

Micaela vivió gran parte de su infancia en Valle de Bravo, donde consumir productos del campo y orgánicos era lo más común. Para ella, cocinar y montar una mesa siempre ha sido una actividad cotidiana en la que todos participan y, al final, la sobremesa es lo que más se disfruta. Actualmente, ella es socia y directora de Delirio Mónica Patiño, Abarrotes Delirio y Casa Virginia. 

La gastronomía siempre estuvo presente en su vida. Empezó siendo ama de casa y justo cuando despertó en ella el interés por emprender un restaurante, su hijo le platicó sobre un proyecto que le podría interesar: Sobremesa. 

Isa tocó la puerta del lugar cuando el proyecto apenas empezaba. Su pasión por los servicios, la gastronomía y el trato con las personas la hicieron destacar de forma inmediata por lo que se transformó en un elemento clave dentro del equipo. De hecho, su conexión con Sobremesa fue tan instantánea que al día siguiente de su visita coordinó su primer desayuno en la casa. 

Con atención a los detalles y la ilusión por ver a los comensales contentos, comenzó a formar un pilar muy importante en de las experiencias: la personalización. Ella es parte de la atención humana y empática que caracteriza a Sobremesa para seguir ofreciendo un servicio a la medida, donde cada experiencia es creada en función de las primeras conversaciones que ella tiene con los comensales.

Que alguien tan apasionada por los servicios forme parte del equipo de Sobremesa es una de las razones por las cuales la gente se siente como en casa, disfrutando a la vez de experiencias que superan sus expectativas. Ya sea para saber qué vino llevar, ajustar los eventos de acuerdo al tipo de personas que atenderán o conocer qué expectativas tienen, Isa nos ayuda a que cada evento sea único y especial.

A Natalia la define su conciencia social, su compromiso por el bienestar de las demás personas y el planeta. Su motivación está en ayudar y en buscar hacer acciones positivas, tanto para ella como para quienes la rodean. 

Natalia siempre tuvo vocación por la gastronomía. Cuando era niña pasaba el día entero en la cocina de su casa para aprender cómo se preparaban los alimentos. Más adelante, gracias a su talento y dedicación, tuvo la oportunidad de colaborar con distintos hoteles y restaurantes, como el aclamado KO MA, de los reconocidos chefs Mikel Alonso y Gerard Bellver. 

Hoy en día, en Sobremesa, Natalia sigue poniendo en práctica su pasión por la cocina, creando platillos que buscan exaltar sabores y despertar corazones, para que la experiencia de compartir una comida con alguien más se transforme en el momento de disfrutar la vida con quien tú eliges. 

Para ella, todo en Sobremesa es mágico y espontáneo, el espacio en donde sigue expresando su mirada de la gastronomía mexicana y de la comida internacional, porque la sobremesa invita a la gente a acercarse y a escuchar, sabedores todos de que cocinar es un lenguaje; la forma en que comunicamos al mundo quiénes somos.

El talento detrás de las oficinas de Sobremesa está formado por personas apasionadas por la gastronomía. Gran parte de ellos estudiaron una carrera culinaria o provienen de hogares donde la familia les inculcó el gusto por la cocina.

Son personas que creen que la comida es un medio para viajar y relajarse, conociendo nuevos lugares a través de olores y sabores, y dejando todas las preocupaciones atrás con la única misión de compartir un momento inolvidable con quienes estimas.

Su talento y energía son un motor para Sobremesa, apoyando a los comensales con todas sus solicitudes, cumpliendo con sus necesidades y superando sus expectativas. Hacen que el día a día de todo el equipo sea más divertido y, sin duda, son un pilar fundamental para que cada cosa se haga realidad. Su filosofía en donde cocinar es sinónimo de amar, es un ejemplo que enmarca el valor que aportan a Sobremesa.

Con una experiencia conjunta de más de 35 años, el equipo de servicio de Sobremesa es la combinación perfecta entre la calidez y el profesionalismo.

Su trayectoria recorre los mejores eventos, hoteles y restaurantes de México, destacando el éxito que saben que nace de amar y respetar lo que hacen.

Para ellos, la cocina es un momento de reunión, de alegría, de relajación y comodidad, y por tanto están dispuestos a dar su máximo esfuerzo para hacer sentir a cada persona como si estuviera en su propia casa.

Son apasionados de la cocina, del buen comer, pero también del servicio esmerado, ya que para ellos atender es un arte que se expresa en los detalles y se expone en los movimientos, donde lo más importante es disfrutar lo que se hace.